Hace muchos años, mas de los que quisiera recordar conocí a una señora muy mayor, vivíamos en la misma pensión, cada habitación era un mundo y en muchos casos no precisamente de orear, todos los domingos preparaba pollo asado, con verduras y todos los domingos nos explicaba como hacerlo para que quedara jugoso porque era el único que le gustaba a su hijo y el vendría esta tarde y es que su muchacho era un sol y se había casado y la quería mucho y los nietos la adoraban y la nuera los tenia muy bien educados y en cuanto le arreglaran su casa que estaba en reparación se iría a vivir allí, algunos de sus muebles los tenia allí pero la mayoría estaban en un guarda muebles.
Y todos los domingos había alguien en la pensión que comía pollo con verduras y sin excepción oía la historia de aquella mujer que a principios de siglo se dio el lujo de ser madre soltera, trabajar como taquillera de un cine y calígrafa y sacar a su hijo adelante, era ingeniero tal vez por estar trabajando en obras le sonaba lo de sol, solo espero que los hijos hubiesen sido como el fue con la madre, porque era muy duro escucharla en las noches llorar y cada que recibía la pequeña pensión dejar para comprar el pollo y rogar para que se lo dejaran preparar.
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